El pesquero, un sector habitualmente pasado por alto pero que llegó a exportar 2.148 millones de dólares en 2018 y más de 1.800 millones el año pasado (el declive se debió fundamentalmente a la caída de precios) trata de resolver los problemas a medida que van surgiendo.
“Esto es minuto a minuto”, dice Eduardo Boiero, presidente de la Cámara de Armadores de Pesqueros y Congeladores de la Argentina (Capeca), uno de los subsectores que más aporta a la exportación, por la captura y procesamiento de langostino (más de USD 1.200 millones en 2018, algo menos en 2019) en los llamados buques-factoría y en los “fresqueros” que capturan y llevan el producto para su procesamiento en tierra.
“Son momentos difíciles; la pesca quedó entre los sectores exceptuados de las normas del DNU del gobierno, pero hace una semana que estamos viendo cómo destrabar los problemas que se presentan: puertos que dejan de operar o gremios que por precaución o razonable temor prefieren no trabajar”, explica Boiero.
Ya desde antes de la actual crisis, el sector entendió que era mejor la unidad y constituyó la “Inter-Cámara de la Industria Pesquera Argentina”, suerte de “Mesa de Enlace” sectorial que agrupa a 9 cámaras de diferente perfil y de varias localidades y provincias, desde Mar del Plata hacia el sur.
Un problema, resuelto apenas el jueves pasado, fue un protocolo para que las embarcaciones marplatenses (que estuvieron once días paradas) vuelvan a hacerse a la mar.
“Ahora veremos qué pasa con los puertos, a raíz del decreto de anoche (por el cierre de fronteras que comenzó a regir a partir de la hora cero del viernes 27); el decreto dice que no se cierran las actividades de comercio exterior, pero cada administrador de puertos lo interpreta a su manera; en Madryn (un puerto importante, ver gráfico) el gobierno provincial lo había cerrado”, dice Boiero.
En Puerto Deseado (Santa Cruz) las pesqueras locales donaron un respirador al Hospital de la ciudad y proveyeron de elementos de enfermería y sanidad (alcohol, barbijos, desinfectantes, elementos de auxilio) al puerto, para mantenerlo operativo. Para mediados de abril, en apenas dos semanas, deberán acordar y tener aprobados protocolos no solo sanitarios para las embarcaciones que pescan en el sur.
“No hay 3.000 marineros locales; vienen muchos de Entre Ríos, de Corrientes, incluso de Mar del Plata, ahora tenemos que resolver la logística, protocolos de transporte, además de sanidad”, explica Boiero. Todo un desafío, por la multitud de instituciones involucradas: los gremios, la subsecretaría de Pesca (Ministerio de Agricultura), la de Puertos (Ministerio de Transporte), el Ministerio de Trabajo, las autoridades portuarias provinciales, las órdenes del Ministerio de Seguridad y las de Prefectura.
“Estamos apostando a poder trabajar aun en este contexto. Más adelante vendrá el momento de ver qué medidas o ayudas son necesarias. No es hoy momento para estos planteos frente a los problemas de salud y preocupación de toda la sociedad”, dice Boiero. Y reflexiona: “si en (Puerto) Deseado no hay actividad pesquera, la localidad agoniza”.
El sector pesquero genera poco menos de 50.000 empleos directos entre “embarcados” y “en tierra”, más la cadena de comercialización interior y la exportación, que luce seriamente complicada. Los principales compradores (China, España, Italia, Estados Unidos) son casi un ranking de los países más afectados por la pandemia. Mercados y precios son hoy una gran incógnita. Rusia es el único que en los últimos meses mantuvo sus volúmenes de compra, pero la caída del rublo suma la complicación de venderle a un cliente devaluado.
Los principales destinos de las exportaciones pesqueras argentinas -China, España, Italia, Estados Unidos- son casi un ranking mundial de los países más afectados por la pandemia.
Nota completa en el siguiente enlace:
https://www.infobae.com/economia/2020/03/28/pandemia-y-cuarentena-como-esta-impactando-el-coronavirus-en-distintas-provincias-y-actividades-del-interior/